sábado, 12 de abril de 2008

EL MUNDO EN UNA CIUDAD

La Gran Manzana, The Big Apple, Großer Apfel, Grande Pomme, un mismo significado en distintas lenguas, tan diversas como variopinta es la ciudad de New York; ciudadanos de todas partes del mundo, de diferentes razas, estilos, religiones, ritmos, convergen en 800 kilómetros cuadrados. Pocas horas tenemos para hacer lo que vamos a hacer y el tiempo empieza a correr. De mañana muy temprano, por entre los rascacielos y desde un piso 40 aun se ven las luces de neon que no descansaron en toda una noche, empieza el amanecer como en cualquier otra ciudad, esperando que la gente comienze a inundar sus calles una vez que el sol empiece a calentar y a subir los 14 agradables grados que nos dieron la bienvenida. En el aire neoyorquino se respira el consumismo en su máxima expresión, la oferta extasía a una demanda indetenible, las cajas registradoras no dejan de sonar y una bolsa es la mejor evidencia del bien adquirido. Aunado a esto es una ciudad que si bien tiene mucha personalidad, por otro lado no suele generar sentimientos de arraigo más que para el nativo y para todo aquel que “voluntariamente” va en la búsqueda del gran “sueño americano”. Por pocos días se esta bien, pero llevarle el ritmo a esta megaciudad tan particular no debe ser fácil y mucho menos para aquellos que vivimos en pequeñas ciudades, mas aun cuando ya Caracas nos parece lo suficientemente estresante. Puntos curiosos, el trafico fluye normalmente, la variedad de gentilicios se acopla a un país en el que se cumplen las leyes, escasos policías vigilando la ciudad, stands de “homeless” frente a grandes comercios, grandes estaciones de metro descoloridas en cuyos bancos la gente humilde deja pasar el “subway” mientras disfruta de un sueño poco reparador ya que lo hacen en posiciones que incitan a todo menos al descanso, el negro abunda en la vestimenta de los neoyorkinos que van en lo suyo sin fijarse en el vecino y una zona cero silente aun reclama justicia. El tiempo se acaba y ya es hora de retornar al calor sofocante y a la rutina, la gran manzana no esperara por nada ni por nadie, seguirá su propio ritmo y el que la visita no le queda otra que acoplarse, ella misma se basta y se sobra. Hasta una próxima visita si es que la hay y sino ya se queda en un sabroso recuerdo.

1 comentario:

Andrés dijo...

De verdad mi estimada amiga que el título que le pusiste al blog es el más adecuado. NY se puede considerar la capital del mundo, teniendo en cuenta que la sede de la ONU se encuentre allí. Sin embargo a su vez es el paradigma de lo que es el mundo moderno y USA en particular, es el país de todos y la tierra de nadie pues se cumple a la perfección el refrán que dice "todos juntos pero no revueltos".