A PECAR SE HA DICHO

No acostumbro ir a misa los Domingos, sin embargo hoy asistí a una muy emotiva con motivo de cumplirse un año de la desaparición física de un amigo de la familia muy querido, el Sr. Manolo; en medio de toda la atmosfera que reinaba en la iglesia, al oír una frase del padre como inicio del típico sermón: “El cielo se alegra más cuando un pecador se arrepiente que cuando un justo entra”, me abstraje de todo por unos minutos. Y es que si bien creo que al morir no iré a ningún lado sino que dejaré de existir para siempre, como cuerpo, mente y espíritu, no quedaría mal sabor de boca si al morir supiéramos que alguien o algo, nos recibió con alegría, por algo llegamos a existir en este terreno por 50, 60 o 70 años, pasando por cualquier cantidad de calamidades y regocijándose de otras tantas (pero como uno siempre es inconforme piensa en lo que padece no en lo que disfruta), de allí que uno aspire que el recibimiento sea por lo menos gratificante.

Ahora bien, si seguimos pecando como hacemos todos los días y a cualquier hora del día, estaremos mas cerca de conseguirlo; obviamente siempre y cuando luego nos arrepintamos de lo que hemos hecho, aquí es cuando pregunto yo, no se puede convertir esto un circulo vicioso, peco hoy luego mañana me arrepiento, quien es mejor pecador, hasta que punto hay que tratar de no ser justos, abra tiempo acaso de pecar y luego de arrepentirse, el justo tiene las de perder siempre, será que el cielo siempre estará alegre porque no hay justos en la tierra, el padre seguramente no sabe el gran dilema que dejo en mi cabeza esta mañana de Domingo.