jueves, 23 de agosto de 2007

SON CUATRO DIAS

“Son cuatro días” dice coloquialmente la gente cuando se habla de la duración de la vida, y sin duda que lo es, solo que por momentos lo olvidamos pero ella se encarga ásperamente de recordárnoslo. Últimamente la mejor manera de materializarse el fin de la vida en mi entorno, es a través de la enfermedad del cáncer, y no de cualquier tipo, sino el de peor tipología, el cáncer de pulmón, y se ha empeñando como nadie en que sean personas jóvenes de espíritu sus principales victimas, se apodera tan fieramente del cuerpo hasta consumirlo que no da lugar ni espacio a la fuerza de voluntad, la atención medica y a la fe. Hace un año y medio fue un gran amigo de la familia, quien se lo llevó, en solo un mes, hoy es otro mas joven que si bien aun esta físicamente entre nosotros, ya se nota en el ambiente su irremediable ausencia. Con ambos muchos momentos vividos, muchas fechas importantes compartidas, mucha amistad de la buena, también mucho cariño sincero y desmedido entre ambas familias. Son esos los recuerdos que hace un año estuvieron presentes y que hoy vuelven inevitablemente, recuerdos también acompañados de una rabia pasiva cuando se sabe que no depende de uno el desenlace, rabia por querer cambiar algunos designios que se empeñan como nadie contra los amigos. También y aunque suene paradójico nos llega un sentimiento de satisfacción por haberlos conocido y haberlos tenido como amigos, por haber tenido la oportunidad de coincidir con ellos en esta vida, y por haber disfrutado de sus presencias. Conformismo y resignación son palabras que encajan perfectamente con este texto pero que no dejan de ser tristes e injustas, y situaciones como estas no deben olvidarse de nuestros mentes cuando nos sentimos los seres mas infelices del mundo, porque por lo menos aun nos queda salud para salir a buscarla.

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