lunes, 2 de abril de 2007

HOY LOS DE OTROS, MAÑANA LOS NUESTROS

Esta mañana en el banco dos ancianos, con mas de 80 años (según mis acelerados cálculos), iban delante de mi; la señora no veía muy bien y el señor con un poquito mas de fuerza en las piernas le guiaba en los pasos, se dirigían hacia la muchacha encargada de entregar los tickets para poder ser atendidos en la taquilla, el señor amablemente le dice a la joven la operación que va a realizar para que le de el ticket, yo atrás estoy viendo y estoy jurando que esta le va a decir, que ellos pueden pasar directamente por la taquilla y que por tanto no necesitan de ningún ticket, cual es mi sorpresa, cuando veo que a los ancianos les dieron un ticket con un numero que tenia como 20 personas por delante. Ahí es cuando intervengo y le digo a la joven, que me parecía que a estas personas podían pasar directamente por la caja y que no había necesidad de que hiciesen ninguna cola, por que era evidente su avanzada edad, y las dificultades que tenían para movilizarse. La joven me dice que por ella no habría problema en cederles el paso, pero los clientes del banco podrían “caerle encima” si lo hacia. Otro cliente que estaba a mi lado, me apoyo en el comentario y los llevó hasta la taquilla, para que los atendiesen directamente.

Complacida me quedo esperando mi turno, y no dejaba de pensar en que resulta increible que haya gente que superpone lo que puedan decir los demás en algo tan elemental como es el respetar y darle el puesto que merecen las personas mayores, quien se podría molestar acaso porque un anciano de 80 años, con las incapacidades físicas propias de esa edad, pase primero que nosotros, que alguien joven, con fuerza todavía en las piernas, para aguantar no una, sino muchas colas de banco, el tiempo perdido si es eso en lo que se piensa, se recuperara por otro lado, además el saber que hicimos lo correcto hará que nos sintamos bien con nosotros mismos. Cuando ya me iba, llegó otra anciana, y una joven le cedió su silla, me agrado que no se repitiera la misma historia, además de que fue un buen ejemplo de cómo debemos actuar los jóvenes; este fue un buen gesto que demuestra que es hora de que empecemos a sembrar los frutos que queremos cosechar mañana, y eso implica darle el trato merecido a las personas mayores, que hoy son los abuelos y padres de otros, y que mañana pueden ser los nuestros.

1 comentario:

Javier dijo...

Es la actitud apropiada. Yo tambien tuve una experiencia similar haciendo cola en la caja de un supermercado, llego un señor de edad avanzada que solo habia comprado 2 kg de carne (estuvo como 2 horas esperando para poderla comprar debido a la escasez), este señor me pide con cierto temor si le puedo permitir tomar el puesto delante mio ya que estaba derca de pagar. yo le dije que si y que no tuviese miedo, aquel que se queje se las vera conmigo... nadie protesto.

Es cuestion de humanidad y amor al projimo.

saludos.