SE BUSCAN LECTORES

Que aprecien buenas obras literarias, que les guste leer por horas, que tengan capacidad de discernir una vez cerrado el libro, que reflexionen una vez terminada la última página, que sepan diferenciar entre la óptica de un Saramago y un Vargas Llosa.

Hoy se celebra el Día Internacional del Libro y el Idioma y en Venezuela la Embajada de España en colaboración con la Cámara Venezolana del Libro, tomó la iniciativa de promover su celebración reviviendo la costumbre catalana de regalar libros y flores todos los 23 de Abril, día de San Jorge (San Jordi en Catalán). Se colocaron stands en algunas librerías de Caracas en las que por la compra de un ejemplar le regalaban una flor. La idea de esta iniciativa es que todos los 23 de Abril, los venezolanos intercambiemos libros y flores en una especie de motivación hacia la lectura.

Esta resulta sin duda una forma particular de fomentar la lectura, y con ello el conocimiento, el aprendizaje y el bienestar que lleva implícito este habito, si con ello podemos evitar que pasen cosas tan insólitas como la respuesta de una joven que participó en el programa de concursos “¿Quién quiere ser Millonario” cuando le preguntaron la nacionalidad del Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez (1982), teniendo como opciones, Colombiana, Venezolana, Argentina, entre otras, no respondió, sino de manera vacilante “Venezolana”, si bien no tenia que conocer que García Márquez es Colombiano, por lo menos es evidente el saber que no es Venezolano, como se puede creer que un país que tenga un nacional acreedor de dicho reconocimiento se le va a ignorar, no se le va reconocer, no se le va a distinguir y no se le va a leer como Biblia.

El leer es un encuentro constante de anécdotas, vivencias y perspectivas, que nos llevan como fin último a plantearnos puntos de vista que poco a poco ayudan a dar forma a nuestra personalidad y que ayudan a rebatir opiniones como la del escritor español Camilo José Cela, Premio Nóbel de Literatura (1989) quien en una entrevista vista hace muchos años, ante la pregunta de que se podía hacer para combatir la ignorancia, contesto de manera muy serena que contra la ignorancia no había que luchar, había que dejarla que se pudriera, demasiado pesimista desde mi punto de vista, alguna forma habrá de luchar por ella, una de ellas podría ser incentivar la lectura en todos los estratos, pero que no obedezca ese incentivo solo a una acción gubernamental, sino que sea la misma familia la que lo haga, que se creen hábitos desde que los niños estén pequeños, aunque nunca es tarde para conseguirlo. Otra seria regalar libros junto con flores.