CERO DISIDENCIA

Dientes de leche del fascismo, así le llamo un diputado oficialista de la asamblea nacional venezolana y a su vez catedrático de la UCV, a los estudiantes que ayer solicitaron heroicamente ante ese órgano posponer el referéndum consultivo de aprobación de la reforma constitucional propuesto para Diciembre de este año. Los estudiantes que valientemente han salido a la calle para defender sus ideas son tildados de esta forma, así como lo pueden ser los médicos, abogados, agricultores o empresarios que sostengan opiniones contrarias al proyecto revolucionario que se esta llevando a cabo en el país. La disidencia no es respetada, si no más bien catalogada como fascista, imperialista, oligárquica, incluyendo a estos jóvenes que ejercían su derecho ciudadano de acudir a la asamblea nacional que es el escenario de debates políticos, al que puede acudir cualquier venezolano, aunque lo que no se sabe exactamente es como pueden acudir hoy en día, si libremente o escoltados por la guardia nacional como lo hicieron los estudiantes. Habiendo tenido permisada la marcha, se les impidió el libre acceso, y se convirtió en toda una batalla urbana. Por cierto que hasta mensajes xenófobos se dejaron ver en la marcha, en la que se encontraban partidarios del gobierno evitando la llegada de los estudiantes a la asamblea, en la foto se lee “Hijos de inmigrantes de mierda fuera de la patria de bolívar, sus raíces están en Europa, basura son”, se supone que esto esta dirigido mas que nada hacia los lideres de los estudiantes que tienen apellidos poco comunes Goicochea, Smolansky, acaso en este país algún venezolano no tiene raíces europeas, africanas o indígenas, todos somos producto de un mestizaje, el lanzar mensajes xenófobos sobre los que tienen raíces extranjeras es hacerlo sobre nosotros mismos, por el simple hecho de que no somos puros, todos estamos mezclados y eso lo llevaremos en la sangre siempre. Así estamos, impidiendo la opinión contraria, apartando a un lado a las supuestas “minorías”, cerrando espacios a la pluralidad, insultándonos a nosotros mismos, y así seguimos.