domingo, 21 de octubre de 2007

NOCHE DE SABADO

Hay momentos en que en perfecto lenguaje automovilístico, la vida nos mete el freno de mano de repente, es en ese justo momento cuando sentimos que nos caen todos los años del mundo encima, todas las necesidades insatisfechas salen a flote y florecen las mayores de las inseguridades e incertidumbres, ese momento puede no tener horario ni destinatario, puede ser en una simple tarde sabatina y surgir de situaciones totalmente irrelevantes, pero la intensidad con la que se desata es indescriptible nisiquiera medible. Las lagrimas parecen ser las únicas compañeras del momento, pero limitadas a la simple función de drenar emociones, mas no a la de dar el oportuno consejo y la sabia palabra para sobrellevar la situación. Se recurre a la voz interna que siempre se oye mas no se escucha. Palabras oídas desde lejos, que evocan nostalgia, pesadumbre y gratitud. Relojes que no paran, minutos que ya son historia. Dilemas, disyuntivas y noche de sabado.

1 comentario:

Siry Pérez dijo...

Cuando algo "nos toca" es preciso prestar atención. Me pasa con frecuencia y una amiga especialista me ha dado esa recomendación, nuestra mente y cuerpo nos mandan señales que debemos escuchar y por sobre todo atender.
Saludos